miércoles, 24 de junio de 2009

visitas Mar del Plata y Necochea


A pocos días del comienzo de las clases, los hermanos Leonardo y Hernán, nos dispusimos visitar a nuestros hermanos de los colegios de Mar del Plata y Necochea.

Ya en la escuela Nueva Pompeya (Mar del Plata) tuvimos la oportunidad de saludar a los alumnos de todos los niveles y participar de los momentos de oración y también reunirnos extensamente con los directivos y docentes catequistas, para estar al tanto la marcha de la institución, conocer los planes relativos a la pastoral del año, saber de los proyectos para este 2009 y el futuro y sobre todo escuchar y recibir el parecer de quienes tienen la tarea de educar en nuestros colegios.

Luego, en el colegio de Necochea, también pudimos encontrarnos con un hermoso recibimiento, simple y afectuoso, de todos y cada uno de los integrantes de la institución. Aquí también participamos en los momentos de oración de los alumnos, vimos la marcha y crecimiento del edificio y compartimos un tiempo de conversación con la sra. representante legal, directivos, docentes, catequistas, familias y el p. Hernán David, quien está encargado pastoralmente de la parroquia y visita habitualmente el colegio.

En las dos escuelas, que habitualmente son visitadas por el hno. Claudio Bedriñán, nos encontramos con razones para dar gracias a Dios por tanto bien que se vive y obra, y también con motivos para pedirle al Sumo Bien por las necesidades de estas comunidades.

Nuestro objetivo principal en esta recorrida era simplemente acercarnos como hermanos para poder conocernos mutuamente y estrechar vínculos. También, en esta oportunidad, poder presentar el suplemento “hermanándonos” (revista Nueva Pompeya) que llega desde este año a todas las familias de los Centros Educativos Capuchinos.

No puedo dejar de comentarles una impresión muy grata que percibimos -especialmente en Necochea- el recuerdo entrañable que tienen de todos los frailes que durante tantos años pasaron dejando una huella muy fuerte del carisma franciscano-capuchino, de cercanía y familiaridad, de entrega y de fe.

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